El día de la madre debe ser un día importante. No para regalar, comprar o llenar los restoranes de brindis y celebración. Puede ser un día importante, sencillamente, para decir cuánto queremos y cuánto sentimos por nuestras madres y las madres de nuestros hijos.
No debemos esperar a un funeral para decir cuánto amamos en una carta póstuma. Si lo decimos en vida tendrá más efecto. Debe ser un acto de justicia. Es bueno que ellas sepan lo que han hecho en nosotros, cuánto nos han dado y cuántas cicatrices han curado. Es bueno que se enteren que uno valora su esfuerzo, sus sacrificios y su entrega.
Todas las madres cargan con ellas, como un sello, fortaleza y coraje. Basta ver parir a una mujer para entender cuánta valentía traen en sus entrañas. En Chile hay miles, millones, sosteniendo vidas y hogares contra viento y marea. La mía luchó por nosotros una vida entera.
Vale la pena decir cuánto las queremos. No basta con sentirlo. Es necesario expresarlo mirándolas, en una carta, en un mail o de la manera más cómoda que encontremos. Decirlo ahora puede también sanar heridas, propias y ajenas.
Seguro que hay, en muchos, distancias, deudas, rencillas y dolores atrapados por la historia. Ellas son imperfectas. No son santas. Son madres, que aprendieron a serlo en el camino. Por eso los errores, los silencios, las faltas y los rasguños que nos fueron quedando con los años. Entender, aceptar y perdonar es también una tarea pendiente que podemos comenzar, ahora, a realizar.
El domingo puede ser un día importante. Si nos animamos a decir lo que sentimos, puede ser imborrable. Agradecerles a todas. A las que sin parir, son madres. A ellas, generosas y arrojadas, las que han decidido adoptar otras vidas. ¡Cuánto amor hay en ellas! ¡Cuánta entrega! Ellas saben, solo ellas, lo que un parto del alma significa.
A todas las madres, sobre todo a las que sufren y siguen sufriendo. A las del dolor inmenso de la pérdida de un hijo y las que pelean todos los días por los suyos, los enfermos, los diferentes y los incomprendidos. A ellas decirles, cuánta admiración se siente porque son, simplemente, de otra galaxia.
Y a las que no están, a las que ya partieron, imaginarlas con la esperanza de que algún día volverán, otra vez, a abrazarse.
Por Matías Carrasco.
Ser madre no es solo parir, es un conjunto de hechos y circunstancias que permiten que un ser ordinario se convierta en extraordinario.
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LIKE, hermoso homenaje a las madres Cumpa!
Empalmando con una columna suya hace pocas semanas, ahora se nos viene el matado homenaje masivo a las madres por Instagram, FB…donde muchos dicen todo……lo que no son capaces de decir, como dice ud., mirándose a los ojos.
De ahí cuando corresponda y guardando las proporciones del caso, nos homenajea a los papurris, para que no caiga en la muy en boga, discriminación positiva.
Abrazo.
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Exacto cumpelio!!… la idea es decirlo en directo. un abrazo!
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Lindo y emocionante texto en el día de la madres Matias , siempre te leo y eres muy interesante en los diferentes temas que planteas, felicitaciones y gracias por esta columna !!
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