CARTA A UN CONSTITUYENTE

El 15 y 16 de mayo los chilenos te habrán elegido a ti, estimado o estimada constituyente, para escribir la constitución de las próximas décadas. Lo que tú digas, lo que tú plantees, será crucial para la calidad de vida de millones de personas, en todos los rincones del territorio nacional, de todos los credos, de todas las tendencias, de todas las edades, de todos los pueblos, de todos los orígenes posibles. Muchos de ellos ni siquiera han nacido. Lo tuyo será presente y también futuro. Es una tarea noble y republicana la que se te ha encomendado. No se trata de ti. Se trata de una nación entera.

Seguramente vendrás con una idea clara en la cabeza. Lo que quieres. Tus sueños para Chile. Lo que consideras justo. Lo que debe sí o sí ocurrir. También es posible que traigas a la mesa las voces de tus cercanos, de tus aliados, de quienes te votaron. Y todo eso está bien. No hay que desdeñar las propias convicciones ni las esperanzas de quienes apostaron por ti. Pero el gran reto es abrirse a escuchar la opinión del otro, su realidad, su cultura, sus miedos, sus anhelos y su historia. De nuevo. No se trata de ti. Se trata de una nación entera. Esta convención tiene un fin práctico, pero también simbólico: el de construir entre todos y todas un Chile nuevo, más justo, igualitario y en paz. Y para eso se requiere ir más allá de las propias murallas, con un ánimo de diálogo y escucha.

Lo que está sobre tus hombros es una responsabilidad gigante. No basta solo el entusiasmo o las ganas de hacer de éste un país mejor. Los temas que se tratan en una constitución son variados, complejos y técnicos. La diversidad de cada uno de los que estarán sentados allí aportará ángulos valiosos para las definiciones de la patria que queremos ser. Pero no es suficiente. Es importante que hagas todos los esfuerzos posibles, con disciplina y tenacidad, por estudiar y conocer en detalle los asuntos que se estén tratando. Ampliar la mirada. Asomarse a las experiencias, exitosas y fallidas, de otros países. Pedir ayuda. Escuchar, con humildad, la voz de los entendidos. Ojalá, cruzar de vereda para complementar tus propias ideas con las del otro. Tener en cuenta, además, una visión de futuro y largo plazo ¡Será una constitución para los próximos cincuenta o más años! Lo importante es tomar conciencia del peso de las decisiones y de su impacto en la vida de la gente.

Sabemos que vivimos tiempos agitados, confusos y altisonantes. La deliberación política de los últimos meses no ha sido el mejor ejemplo de una buena convivencia. Por eso la convención debe ser un espacio especialmente protegido. Se pueden dar discusiones ásperas, pero siempre cuidando las palabras. El lenguaje crea realidad, y la nuestra no puede seguir siendo una a punta de insultos y descalificaciones. La convención no fue hecha para dar un espectáculo, sino para buscar una salida pacífica e institucional a las desavenencias y heridas del Chile de hoy. Procura siempre, aunque te cueste, aunque te den ganas de tirar del mantel, actuar con sobriedad y respeto, a la altura de la misión que te ha sido dada.  

No te conozco, pero admiro tu valentía de estar presente en esta instancia decisiva. Se requiere de cierto arrojo, sobre todo en un ambiente crispado, de funas y de tanta exhibición pública. Cualquier cosa, cualquier declaración, puede ser motivo de un escarmiento en las redes sociales.  El gran desafío será darle a los twitteros el lugar que corresponde, y mantener a resguardo un espacio libre para la reflexión y el pensamiento, lejos del ruido y de las amenazas de quienes pretenden rodear la convención. No será fácil, pero es fundamental para un discernimiento honesto, serio y profundo, que muchos esperamos de ti.

Y finalmente, recuerda siempre que si estás ahí es por el bien de Chile y no por el propio. Es algo que se ha perdido, pero que distingue a los grandes servidores públicos: el actuar pensando en el bien común, y no en el prestigio, en la carrera o en la imagen de uno mismo. Ojalá se escriba al ingreso del Palacio Pereira y del antiguo Congreso Nacional: “Aquí dialogamos por el bien de Chile y su futuro”. Que esté en el vestíbulo y en cada una de las salas, a la vista de todo el mundo. Que las sesiones comiencen con esa frase como si fuese un mantra: “Aquí dialogamos por el bien de Chile y su futuro”.

El 15 y 16 de mayo, estimado o estimada constituyente, los chilenos te habrán elegido para escribir la constitución de las próximas décadas. Se iniciará contigo, y con otros 154 hombres y mujeres, un proceso histórico y vital para nuestra democracia. Te deseo el mayor de los éxitos. Y no lo digo solo por ti. Lo digo por una nación entera.   

Por Matías Carrasco.

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4 comentarios en “CARTA A UN CONSTITUYENTE

  1. Luzma dijo:

    SENCILLAMENTE GENIAL ESTA COLUMNA
    Muyyy importante cruzar a la vereda del frente ,dialogar por el bien de Chile y su futuro , Sin ODIO !!
    FELICITACIONES y gracias Matias !!!👏👏

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  2. Victor Fajardo Morales dijo:

    No caigas en el lenguaje «inclusivo» No es por ahí que va la cosa. Es hacerle el juego a un sector interesado en romper con nuestros principios . Más bien sería interesante que te refieras a ese tema , ya que muchos nos hacemos la misma pregunta : Contribuye a la inclusión esta nueva forma de «expresarse».
    Soy un fiel seguidor tuyo y por eso me animo a escribirte.

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