Vengo a hacer un anuncio. No es nada nuevo, simplemente algo que sabemos pero que hemos olvidado en el calor de la refriega. A veces ocurre. Es común quedarse dormido después de un golpe certero. Inconscientes, quizás. Pero ahora que han pasado los días, es importante recordar y dar testimonio de este mensaje extraviado: somos más. Aunque no lo parezca, somos muchos más.
Somos más quienes queremos un Chile en orden y en paz. No el mismo de antes, otro distinto, más justo. El que reclamó la marcha pacífica más grande de nuestra historia. No tengo recuerdos de un consenso tan amplio, tan transversal, para la construcción de un país más digno. Nadie sabe muy bien en qué consistirá, pero son millones los que están dispuestos a transitar este camino. ¿Quién hubiese imaginado la posibilidad de una nueva Constitución, de una nueva reforma tributaria, o de una nueva reforma de pensiones, entre otros tantos proyectos que se están barajando, solo semanas atrás? El fuego despertó a Chile y también a sus conciencias. Son miles –políticos, empresarios, ciudadanos- los que hoy se cuestionan y se replantean su rol en la sociedad.
Algunos quisieran buscar atajos a la democracia. Son vociferantes. Hacen ruido. ¡Pero somos más! Quienes queremos una salida en la estabilidad de las instituciones, somos muchos más. El senador Alejandro Guiller salió a exigir elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas. Pero líderes de la misma oposición se desmarcaron de sus palabras y lo tildaron de “populista” e “irresponsable”. El mismo día, el presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores (DC, otro de oposición) valoraba el llamado del gobierno a una nueva carta fundamental. “Es un tremendo paso”, dijo. De pronto, cuando nadie lo espera, aparece la sensatez.
Aunque hemos visto la fuerza de la intolerancia, somos más quienes queremos un país dialogante y capaz de acordar un nuevo pacto social. La Asociación Nacional de Municipalidades está llevando adelante un proceso de consulta ciudadana en las 330 comunas que representa. Instituciones públicas y privadas se han unido para llevar adelante diálogos ciudadanos. Las plazas, recintos deportivos, universidades y lugares de trabajo se han organizado también para generar conversaciones que permitan soñar juntos el Chile que queremos. Por estos días el Pleno de la Corte Suprema reconoció “en el diálogo de los actores sociales e instituciones y de todos los chilenos, la forma y el procedimiento para obtener las mejores soluciones para nuestro país”. Gobierno y oposición acaban de firmar “el marco de entendimiento” por la ley de presupuestos del año 2020, lo que se suma al acuerdo por la reforma tributaria. A casi un mes del estallido, enhorabuena, algunos están queriendo hacer POLÍTICA (con mayúscula), abandonando la cloaca en la que otros persisten. Seguramente saben las gravísimas consecuencias que supone perder la democracia.
Hemos visto la violencia. Una que asusta y abate. Una que ha dejado muertos, cientos de heridos y denuncias por violaciones a los derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza pública. A ratos, encapuchados y violentistas se hacen de las calles y queman, destruyen e infunden miedo a los transeúntes. Pero son una minoría. ¡Somos más! Los que queremos un movimiento pacífico somos muchos más. También los pequeños comerciantes que quieren volver a abrir sus negocios y los trabajadores que quieren recuperar el Metro y la locomoción colectiva para no tener que demorar tres horas en sus trayectos cotidianos. Las personas están comenzando a distinguir entre una causa justa y una violencia que solo ha traído desgracias, cesantía y pobreza.
Podrán seguir los saqueos, los actos violentos, el bloqueo de las calles y el matonaje, pero no debemos olvidar que, aunque parezcan gigantes, somos más y tenemos que elevar la voz con la fuerza que traen las ideas y la razón.
Por Matías Carrasco.
FELICITACIONES por la claridad y por la FE, que nos hace tener esperanzas, en la gente de nuestro querido Chile❤
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