PRESIDENTA, DEME BOLETA POR FAVOR.

michelle

Estimada Presidenta:

En septiembre del año pasado le escribí una carta abierta. Usted no se debe acordar. Probablemente ni siquiera la leyó. Le comentaba en esa oportunidad que yo había votado por usted. Le decía que yo me movía en el mundo de “los poderosos de siempre” y que no había sido fácil darle mi apoyo en un sector donde pocos la quieren y la respetan. Le decía también que estaba dispuesto a defender sus ideas de igualdad y de reformas para Chile, pero que necesitaba de argumentos y no de retroexcavadoras. Le imploré que no me dejara solo en este bastión del mundo y que me diera una mano.

Han pasado los meses y he querido volver a escribirle. Las cosas han cambiado y hoy, más que nunca, se necesita de usted, Presidenta. Ya se lo han dicho connotados viejos cracks de la política. Lo está pidiendo también la gente. Es cierto que no se puede gobernar por las encuestas. Pero es igualmente cierto también que no se puede gobernar de espaldas a la ciudadanía. Y con una alta desaprobación a su figura, al Gobierno, al Parlamento y a la oposición, lo que la gente pide a gritos es política de la buena.

Le hablo a usted Presidenta, y a nadie más, no porque sienta que es la responsable de esta crisis, sino porque pienso que es la responsable de sacarnos de ella. Es usted quién ostenta la más alta autoridad de nuestro país y el mayor de sus liderazgos. Déjeme confidenciarle algo. Cuando voté por usted intuí que mi voto caminaría en una delgada cuerda floja. A un lado, el abismo que tanto auguraban sus detractores. Al otro, la oportunidad de avanzar a ese Chile más justo que usted nos prometió. Y a pesar de todo, aún con los desaciertos, sigo pensando que todavía es tiempo de enmendar el rumbo.

No soy experto en política. No milito en ningún partido. Sólo veo lo que miles de chilenos ven, sienten y conversan a diario. Caen como gotera, todos los días, nuevos antecedentes de boletas ideológicamente falsas, de personeros de gobierno enredados en Soquimich, nuevas aristas del caso Caval y una Nueva Mayoría que no se cansa de sacudirse los vidrios que siguen cayendo del tremendo tejado que los cubrió durante años. Ya no más de esa superioridad moral de la que tanto usufructuaron. Hoy están todos en el suelo.

Presidenta, somos muchos quienes queremos un mejor país para todos, sin importar derechas, centros o izquierdas. Necesitamos un golpe de timón y señales claras para que nuestras autoridades vuelvan a ganarse la confianza y la legitimidad que se necesita para seguir gobernando. No puede ser de otra manera. No es bueno que un Ministro del Interior cuestionado por la entrega de boletas al administrador de su otrora campaña presidencial siga en su cargo. Aún cuando el famoso estudio se haya realizado o todavía siendo Peñailillo inocente, con lo agitado de las aguas, haga el tan aclamado cambio de gabinete. No estamos acostumbrados en Chile a tener autoridades cuestionadas en La Moneda. Eso no nos hace bien. No sólo hay que serlo, también parecerlo. Concédanos ese favor.

Presidenta, tiene usted por delante importantes reformas que impulsar. ¿Con qué legitimidad pretende avanzar? ¿Con qué credibilidad se puede legislar en reformas tan profundas como la laboral, educacional o constitucional? ¿Con qué cifras se discutirán estos cambios en el Congreso? ¿Con el 28% de aprobación a la Nueva Mayoría, el 16% de aprobación de la Alianza o el 75% de desaprobación de la Cámara y el 77% de desaprobación del Senado?*  Presidenta, antes de continuar es imperativo recuperar eso que llaman la confianza perdida. Perdón mi sospecha, pero no queremos que las reformas se conviertan en la excusa perfecta para desviar la agenda y tapar con la humareda los casos de corrupción e irregularidades que hoy tienen a varios contra las cuerdas. No queremos que se juegue con el futuro de Chile.

Presidenta, escuche. No sólo a los de su sector, también a los de la vereda del frente. Sacúdase de tanto prejuicio, frases hechas y estereotipos. Demostrará usted su inteligencia y liderazgo si logra romper con tanto molde ideológico y va en busca de lo que es mejor para Chile. La verdad no siempre está de ese lado de “La Moneda”. Descoloque a su adversario. Hable, dialogue, sea usted quién abra la puerta e incorpore las buenas ideas, vengan de donde vengan. No caiga usted en la tentación de demonizar a cualquiera que se anime a criticar sus reformas o su Gobierno. Eso sólo denota el miedo, vestido de soberbia y una prepotencia insoportable.

Presidenta, hace meses le pedí que no me dejara solo. Hoy le pido, con respeto, que me dé boleta por favor. Contra todo pronóstico le creo. Todavía le creo Presidenta. Y mi fe en usted me cuesta varias discusiones en mi oficina y sobremesas de fin de semana. En los tiempos que corren no es gratis seguir confiando. Tiene sus costos.

Presidenta, no soy bacheletista, sólo un chileno más que necesita seguir creyendo en su más alta autoridad para salir de esta crisis y seguir soñando en un Chile más justo para todos. Ése que usted nos prometió.

Matías Carrasco.

*cifras Adimark, marzo 2015.

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Un comentario en “PRESIDENTA, DEME BOLETA POR FAVOR.

  1. Me sumo a tu formidable carta!! También espero que esos cambios que están en las manos de la presidenta, se hagan realidad. Seguro que con su poder casi monárquico puede hacer mucho más de lo que se le pide, por el bien de todas/os.
    Saludos!

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