FELIZ NAVIDAD

Hoy a la medianoche se celebra el nacimiento de un hombre justo, tal vez el más justo de todos los hombres. Crea o no crea (yo tengo un montón de dudas) la historia que se cuenta es maravillosa. Se trata de un hombre hombre, y cuando digo eso no me refiero a un tipo de costumbres recias, sino a uno que supo ser humano y que desvistió a todos los seres de este mundo, dejando a la vista sus miserias y pellejerías. Pienso que lo mataron por eso, por andar por ahí despojándonos de nuestros ropajes, recordándonos que venimos de un polvo sucio y que moriremos cubiertos del mismo polvo o envueltos en cenizas negras. Por eso lo clavaron en la cruz, con saña, con despiadada crueldad, y no por creerse Dios. Nadie soporta que nos refrieguen en la cara que somos pencas, que vamos al baño una o dos veces al día, que de tanto en tanto habitan piojos en nuestras cabezas, que nos salen hongos en los pies, que huimos de vez en cuando, que tenemos miedo, que arrastramos una sombra larga, que despertamos con un caracho de mil demonios, con el pelo revuelto y un aliento como de carnes dejadas por días al sol. El que nace hoy es el que develó la hipocresía de los hombres y mujeres de la ley, de quienes apuntaban con el dedo con la rapidez de las liebres y el cinismo de las hienas. Es el que invitó con firmeza y elegancia a tirar la primera piedra a los que estuvieran libre de toda culpa, de todo pecado, y los dejó ahí, con su cara marchita, pegada en el piso, avergonzados, turulecos, luego de hacer mierda a una mujer por ser puta, por entregar su piel cuando las suyas olían a muerte, a una muerte fétida de tanto decir, de tanto ladrar, como perros bravos ocultos en la noche.  El que nació en un pesebre, entre burros y vacas gordas, recogió al que agonizaba al borde del camino, lo arrastró, lo llevó en andas, curando sus heridas hediondas y profundas, salvándolo del silencio y de la miseria. Hizo ver al que no veía, caminar al paralítico, resucitar al que yacía sepultado en la tumba. Como un pastor fiel dejó a sus ovejas por ir en búsqueda de la que se había extraviado, atravesó ríos y alambrados de púas filudas, se adentró en bosques tupidos, escaló montañas, y todo por traer de vuelta a la que se había perdido, vaya a saber uno por qué razón, o quizás arrancó porque se sentía presa, rechazada, en un rebaño que nunca la quiso entre los suyos. Al que celebramos esta noche es el que convirtió el agua en vino cuando el tinto se había acabado, cuando se amontonaban las jarras vacías a un costado de la cocina, junto a los desperdicios de una noche regada. Y lo hizo porque aún quería fiesta, porque la celebración no podía terminar, no tan temprano, porque la vida se baila, porque todavía quedaba cuerda, porque los músicos tenían voz para cantar, porque los novios querían brindar por última vez antes de irse a la habitación a darse embestidas y dejarse vencer como bueyes ante el destino y el yugo. El que recordamos a las doce es el que lavó los pies, el que se dejó besar para ser entregado, el que partió el pan y lo compartió con el traidor.  Y cuando la muerte clamaba su nombre, y cuando la sangre le chorreaba por un costado, y cuando las espinas se hundían en su frente y la carne se desgarraba entre insultos, lanzas y desprecio, perdonó a los que lo sentenciaron, le pidió al padre clemencia, porque no saben lo que hacen. A ese recordamos hoy. Al que arriesgó, al que pasó cuarenta días en el desierto, al que calmó las aguas, al que eligió a hombres sencillos, imperfectos, con la promesa de un mundo mejor. Y cuando volvió a la vida, como el Melquiades de García Márquez (que huyó de la muerte porque sintió la soledad) no fue reconocido por sus manos agujereadas, sino por el gesto de compartir, otra vez, el pan.

A Jesús volvemos la vista esta noche. Y creamos o no es bueno detenerse un rato a los pies de la cruz para mirar y mirarnos y descubrir en ese cuerpo maltrecho, el del ser humano, lo que en este mundo loco hemos olvidado: el perdón, la compasión, la delicadeza, el arrojo y la entrega. Feliz Navidad. 

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Por Matías Carrasco.

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4 comentarios en “FELIZ NAVIDAD

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dijo:

    El Es Nuestro Jesús. El Hombre Hombre.
    Y Como Dice San Pablo No Hice Todo El Bien Que Quise, E Hice. Mucho Daño Que No Quise. Solo. Queda Agradecer Por Tanto Bien Recibido.

    Feliz Pascua !! Muchas Gracias Matías!!.

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  2. Avatar de Desconocido Anónimo dijo:

    Graciassss Matías , maravillosamente descrito este HOMBRE JUSTO Y GRANDE

    Como no creer en este ser humano como nosotros al que yo llamo “ AMOR”

    JESÚS YO EN TI CONFÍO!!

    GRANDE MATI 👏👏👏👏👏👏

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