HAGAMOS UN TRATO

Trato-hecho

Estamos cansados. El aire está denso, el clima contaminado y todo parece estar patas para arriba.

Chile está en un nudo que nadie sabe cómo desatar. Hasta hace poco vivíamos en una tranquila taza de leche. Todo parecía estar en orden. Pero algo pasó, nos movieron la mesa, la taza se rebasó y la leche comenzó a derramarse.

Navegamos por aguas revueltas. Cuando pensábamos que íbamos a toda máquina directo al desarrollo, una tormenta inesperada y olas grandes y violentas rompieron la quilla, las velas y el timón. Parecemos ir a la deriva.

Estamos en problemas. Tantos que no sabemos por dónde empezar. Que la política, que el Gobierno, que la delincuencia, que las marchas, que las boletas, que los abusos, que las reformas, que los paros, que los empresarios. Ya lo sabemos. Y por eso vivimos agotados, confundidos, sin brújula y rumbo claro.

Andamos a saltos, como asustados y a la defensiva. Y cuando llega la amenaza, se levantan las murallas y el diálogo abandona la cancha. Comienza la violencia, las patadas, los insultos y la agresión. Es la única manera de sentirnos a salvo. Y en eso hemos estado el último año.

¿Quién podrá defendernos? Esa es la cuestión. Seguimos a la espera, ansiosos, de que surja un superhéroe o algún liderazgo que nos muestre el camino. Pero nada. No está anunciada lluvia todavía. Tendremos que seguir aguardando en días de emergencia ambiental.

Pero propongo un alto. Pongamos la pelota contra el piso y hagamos un trato. Sé que los desafíos que hoy enfrentamos parecen titánicos y que las esperanzas están puestas en otros y no en nosotros. Pero sé también que punto a punto se tejen chalecos. Lo que esté dispuesto a hacer usted y yo también es parte de la solución. Hagámoslo ahora, mientras estamos a la espera del mesías.

Baje la guardia, mida las formas, modere las palabras, sonría. Respire profundo, cuente hasta diez, abandone la trinchera y ábrase a la posibilidad que la razón también puede estar del otro lado. Opine, pero evite la sangre, las ofensas y la mala leche. No se ensañe. Compre Visine, échese un par de gotas en los ojos y limpie su mirada de tanto tinte ideológico. Verá con más claridad. Dé la pasada en el taco, estaciónese como corresponda y respete su turno en la fila. Espere a que bajen y luego suba. Pague su boleto del Transantiago. No evada. Dé el asiento. Regularice la ampliación de su vivienda. No altere el taxímetro. Evite las sociedades de papel. Compre libros, softwares y películas originales. No a la piratería. Dé boletas cuando corresponda, pague horas extras, cobre los justo y necesario. No mienta. Evite las licencias falsas y revisiones técnicas truchas. Si tiene algún “pituto” o conocido para sacar ventaja no lo utilice. Si ve la oportunidad de hacer un buen negocio o una «pasada», desista. Igualdad ante todo. Conduzca sin alcohol. Tolerancia cero. Acate la restricción, cumpla la ley, imponga lo que corresponda, pague lo que debe, hágale el quite a la trampa y a esas malas prácticas que con tanta facilidad condena. La ética viene en envases grandes, medianos y pequeños y a todos nos mide con la misma vara ¿Cómo andamos por casa? ¿Está limpio? Yo no.

No sólo el “rey” Arturo, los «Carlos», Peñailillo, Novoa, Moreira, Ena, Martelli, Velasco, Pizarro, Zalaquett, Dávalos, Campagnon y compañía deben dar el ejemplo. Nosotros también. Y entenderlo así ayudará a bajar los rifles, aquietar las aguas y recuperar el timón.

Anímese. Atrévase. Hagamos un trato.


Por Matías Carrasco.

* La ilustración que acompaña la columna es de Nico Pregelj.

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14 comentarios en “HAGAMOS UN TRATO

  1. Me parece muy buena la intención del artículo. Y muy inteligente la propuesta de mirarse a uno mismo, concuerdo plenamente en que es ahí donde está la solución de hacer de nuestro país un lugar más grato, amoroso y pleno. Lo que no comparto es la forma de mirarse. Cambiar las cosas no pasa por pagar el transantiago, no tirar licencias falsas, no alterar los taxímetros o regularizar la ampliación de la vivienda. No pasa por no ser trucho, si no, por darse cuenta de quien uno es y que es lo que quiere realmente. Pasa por amarse y respetarse más a uno mismo para poder amar al otro. Es por preguntarse a si mismo como te sientes, identificar tus cualidades y defectos, preguntarle al otro como se siente, parar un poco para escucharlo y no andar apurándolo. Ver a los niños, escucharlos, dejar de aplastarlos exigiendoles ser personas que no quieren ser, dedicarles tiempo, no comprarles el juguete más caro, si no que estar con ellos, compartir. Y también pasa por alzar la voz cuando las cosas no parecen ser justas. Chile nunca ha sido un país tranquilo, que la Concertación (La Nueva Mayoría) y la Alianza lo hayan disfrazado así por 25 años no quiere decir que así sea. Que el desarrollo signifique un país más rico a causa del trabajo de los más pobres no quiere decir que íbamos en vías de desarrollo. La desigualdad económica NO ES DESARROLLO. Y lo que está pasando ahora es producto de la historia de Chile, esa historia que en los libros del colegio llega hasta Frei Montalva (por lo menos para mi realidad de colegio particular católico neo hippie de izquierda/derecha progresista). De la historia que no se habla, no para que nos lamentemos, si no, para que aprendamos de ella. No crees que Chile esté de esta manera sea un síntoma de una enfermedad muy grave llamada resignación? acumulación de rencores y miedos no solucionados? Porque a mi generación le enseñaron que era mejor quedarse callado porque de hablar de política y religión era de mala educación, el conflicto es malo, mejor evitarlo. Ahora aparecen las nuevas generaciones, gritando que las cosas no están bien, que no les parece el país que se ha construido para ellos y hay que hacer un trato? No, a mi no me parece que haya que hacer ningún trato de ese tipo, al contrario, creo que este país necesita darse cuenta del país que ha construido, y la única forma de ello es vivirlo. Porqué le tenemos fobia al caos si el caos es parte del equilibrio? la naturaleza está construida así, así ha sido la historia de la humanidad desde que existe. Todos los grandes cambios, se han hecho a partir de grandes revoluciones.
    El camino no son los tratos de que me traten menos mal para yo tratar menos mal al de al lado. El camino está en YO no tratarme mal, no dejar que me quiten tiempo de ocio porque hay que ganar más plata para pagar más cosas que ni siquiera puedo disfrutar porque no tengo tiempo para el ocio. No significa trabajar más para poder pagar mejores colegios y la universidad a mi hijo si eso significa verlos solamente los fines de semana, los cuales, quiero sólo dormir porque estoy agotado de la semana donde he trabajado hasta lo último de mi espíritu. No significa quedarme callado, después de haber trabajado todo una vida para ganar una pensión miserable que no me permite pagar las enfermedades que me causaron el estrés de trabajar toda mi vida en un trabajo que ni siquiera me interesaba tanto.
    Si todos nos quisiéramos más, cada uno a si mismo, si nos hubiesen enseñado desde niños a relacionarnos con nosotros mismos desde el amor y la comprensión de lo complejo que es ser un ser humano, para así relacionarnos con los demás seres humanos, no sería necesario estar pidiendo tratos entre nosotros.

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  2. Guillermo Donoso dijo:

    Estoy absolutamente de acuerdo!!! Tenemos que hacer un trato todos!!! Esto es un trabajo de la sociedad en su conjunto… De cada uno de nosotros.
    De pedir boleta de pagar los impuestos que corresponden, etc…

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  3. Bien escrito, de pluma ágil e ideas concatenadas, sino me equivoco la misma propuesta se plantea desde los libros sagrado en casi todas las religiones y los filósofos griegos le dieron racionalización, Que alguien lo repita cada cierto tiempo por una cuestión misteriosa «se plantea como una novedad», y por otra cuestión misteriosa en todos los tiempos alguien vende al guru que le enseño las hermosas palabras por una monedas de oro que luego antes de suicidarse arrepentido tira al piso

    ¿quien las recogería y aprovecharía en su propio bienestar?

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  4. z dijo:

    Algo superficial, simple y fácil lo escrito. Mas que un trato se necesita dialogo. Y no caer en caricaturas. No creo que todos estemos asustados o en una trinchera. Ademas de tener empatia por las personas y tratar de entenderlas . Eso es mas importante que un trato ya que las relaciones humanas se basan en el amor. No existe trato para regular las relaciones humanas. Antes de cualquier timón , gobierno , delincuencia o bla bla bla. Es mas importante comprender por que existe gente con miedo , que se siente en una trinchera, que están confundidos y que la vida era una taza de leche.

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  5. Bruno Floegel dijo:

    Me parece muy inteligente lo escrito, la reflexion esta bien hecha, y la comparto plenamente. Sin embargo, con el dolor de mi alma, creo que no es viable dadas las circunstancias. Ya estamos mal educados, y para enmendar el rumbo y encontrar el camino correcto debemos educarnos primero. Por lo tanto a ese tema debemos enfocarnos responsablemente y no ilusionarnos con con buenas intenciones.
    Me gustaria ver personas, como las que participan en esto, organizandose masivamente para participar en la reforma educacional, y no dejar que gente como Jaime Gajardo defina el futuro de este pais. El destino se define por acciones y no solo buenas intenciones.
    Todo lo demas es vana ilusion.

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  6. Margarita dijo:

    Tienes toda la razón. Ayer le di la pasada a un auto y la persona me lo agradeció enormemente. Estamos poco acostumbrados a ser buena onda. Quería sólo agregar q para q lleguemos al desarrollo, lo q está pasando hoy en Chile, era impresindible!!!

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  7. Juan viveros dijo:

    Notable Matias! … al fin leo un comentario afinado. Todo parte y termins en uno. Las sombras se proyectan cuando interrumpimos la luz. Saludos y los mejores deseos para tu afinada pluma. Juan Viveros.

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